El principio de proporcionalidad es una doctrina de pensamiento que utiliza en el derecho penal y justicia social con la finalidad de obtener un resultado equitativo. Se explica que la idea detrás de este pensamiento es que las personas deben obtener un trato por parte de los tribunales de manera justa y de acuerdo a los costos proporcionales. De manera que la cantidad de dinero involucrado, importancia del caso y la complejidad de los problemas, deben ser equivalentes al resultado y trato dado por parte de las leyes competentes.
A través del tiempo, la justicia ha buscado que las personas tengan lo que le corresponden. Es parte de las leyes del pensamiento y se suele aplicar desde la antigüedad. Y aunque dar a cada quien lo que le corresponde, este es otro tipo de principio. Cuando hablamos del principio de proporcionalidad, no referimos a que todo lo que recibimos y obtenemos tiene que ser totalmente proporcional a lo que hemos hecho.
Tanto para los delincuentes, como para la vida propia, si uno realizó algún acto, el resultado debe ser proporcional al impacto que este tuvo. Ni más ni menos. Dentro de esta doctrina de pensamiento encontramos otras importantes, como el criterio de equidad y la interpretación legal. Donde los jueces deben evaluar a juicio de los actos qué pena aplicar.
Por todo esto y lo anterior, es importante saber a qué se refiere el principio de proporcionalidad, dónde lo podemos encontrar y cuáles son los mejores ejemplos para visualizarlo mejor. ¿Quieres saber más? ¡Acompáñanos hasta el final del artículo! ¡Comencemos!
¿Qué es el principio de proporcionalidad?
Más que una idea, se puede definir el principio de proporcionalidad como una evaluación y ajuste de los factores que influyen en la actividad humana. Esto para poder saber el impacto del daño causado materialmente, o a otros seres, y así dictar una pena que sea proporcional a lo anterior mencionado.
En el derecho, aplicar esta ley es sumamente importante para que cada persona obtenga un criterio de equidad. Ya que si no damos lo que es proporcional al daño, algunos recibirían por impactos leves, penas muy grandes. Cuando todo tiene que tener un equilibrio correspondiente.
Ante la aplicación de la justicia, es cuando la doctrina de proporcionalidad hace responsable a los jueces de considerar el contexto de las penas correctamente. O, de lo contrario, ajustar las ya dictadas de una forma debida en consecuencia de los prejuicios señalados.
¿Por qué es importante el principio de proporcionalidad?
Evaluar el principio de proporcionalidad es sumamente importante para entender la igualdad en las partes involucradas y las penas que deben conseguir. Los años señalados, multas dadas o aprehensión correspondiente, deben coincidir con el agravio a los materiales o los seres humanos.
Todo lo anterior se puede evidenciar en las penas que son excesivas o no van en función al delito que cometieron los implicados. Es entonces, cuando las personas hacen un estudio minucioso de la aplicación del principio de proporcionalidad para realizar criterios objetivos y subjetivos en el derecho penal. De no existir dicha doctrina, entonces no se tendría un marco de referencia en la segmentación de las leyes.
Es función del legislador en las leyes decir cuáles son las sanciones que corresponden tomando en cuenta que ‘cada persona debe conseguir lo que recibe’. Tanto por parte de los jueces o los tribunales.
Historia del principio de proporcionalidad
La doctrina empezó siendo parte del principio de culpa, el cual era un estándar absoluto de los códigos penales de Inglaterra. La evaluación de la proporción de las penas se hizo evidente luego que algunos legisladores de la antigua Inglaterra notaran que había penas excesivas para casos donde no correspondía. Ejemplo, en delitos menores como robar una manzana en un mercado, se solía aplicar la pena de muerte.
No fue hasta el siglo XVIII, con la llegada de Cesare Beccaria, donde se crearía la base de lo que sería el principio de proporcionalidad. A través de la idea del estándar relativo de la culpabilidad de las personas en su artículo de Crímenes y castigos. Basado en esto, Jeremy Bentham creó la idea del panóptico, donde estudió a los prisioneros de una cárcel determinada, para evaluar los castigos otorgados. Los resultados arrojados indicaron que eran penas crueles e ineficaces.
Ya hasta el siglo 19, el principio de la proporción de las leyes se dio a conocer en los tribunales administrativos de alto estado en países Europeos como Alemania. Empezando con la revisión de las acciones de los policías y posteriormente a los legisladores de casos importantes.
Etapas del principio de proporcionalidad
De acuerdo a la legislación de algunos países importantes, el principio de proporcionalidad tiene las siguientes etapas:
- Primero que nada, ha de existir un objetivo legítimo al que aplicar una medida
- Segundo, la medida aplicada debe ser adecuada para lograr el objetivo
- Tercero, no puede haber una forma menos onerosa de aplicar el principio a menos que haya una evidencia que demuestre lo contrario
- Y por último, la medida aplicada tiene que ser razonable, teniendo en cuenta la competencia de los grupos en cuestión el efecto dado.
Principio de proporcionalidad y el derecho penal
Posiblemente es en el derecho penal donde el principio de proporcionalidad tiene mayor aplicación. La justicia competente la utiliza para describir la idea de que el castigo a los delitos determinados tiene que ser proporcional a la gravedad del delito en sí. No es más ni menos, y esto es lo que se ha de ver en los sistemas legales. De hecho, era bien conocido en algunos sistemas judiciales como ‘ojo por ojo’.
En otros aspectos o sistemas legales, el principio de proporcionalidad se interpretó de forma más restrictiva de sentencia. Tal es el caso de los países que pertenecen a la Unión Europea, donde han agarrado la obligación donde ningún delito justifica la pena de muerte. No existe ningún delito que justifique la muerte del agravante. Sin embargo, esto no quita que en algunos otros países a día de hoy lo empleen.
¿Cómo usar el principio de proporcionalidad?
El principio se puede emplear fácilmente para dictar el castigo ajustado al crimen. De acuerdo a las cortes supremas, hay tres cosas fundamentales para dictar una sentencia de acuerdo a la doctrina de proporcionalidad. Estas son las siguientes:
- Comparar la naturaleza y la gravedad del delito en vista ajustar la dureza de la pena
- Evaluar las sentencias anteriores impuestas a criminales en la misma jurisdicción. Es decir, ver si ha habido delitos de igual.
- Comparar las sentencias impuestas y luego dar un veredicto.